ADVERTENCIA

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Este blog tuvo su nacimiento, desarrollo y muerte. Resucitó por un tiempo, pero lo he vuelto a matar.

Cerré el acceso por un tiempo con la firme intensión de borrarlo, pero la señorita Ángela Pablo dice que una cosa es cerrar una cuenta de twitter, y otra más grave, borrar un blog. Creo que tiene razón, como dice ixcolai: ¿qué estudiarán los antropólogos del futuro? Pues tal vez lean blogs. Así que lo dejo aquí, como muestra de lo alguna vez que fui, pero ya no soy más...

Los rumores dicen que ahora me pueden encontrar por acá:

http://estoyllenodedudas.wordpress.com/


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Dejo la vieja advertencia de este blog, ya que continua siendo válida:

Escribía en español, inglés, francés y mal catalán porque me agradada hacerlo. No soy galo, catalán o anglosajón. Y si crees que soy mexicano sólo porque nací en este país, te reto a que definas tu concepto de nación y por lo tanto de nacionalidad.

Las expresiones aquí mostradas fueron un reflejo de mi estado de ánimo al momento de escribirlas, y si lees profundamente, verás que mi estado de ánimo cambia como menguante es la luna.

Si te sientes ofendido por alguna idea expresada en esta página, recuerda que "duras no son las palabras, frágiles las mentes que las interpretan".

¿Quedó claro? Si no es así, deja un comentario en la entrada del conflicto (junto con tus datos) y me comunicaré contigo a la brevedad.

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viernes, mayo 30, 2008

¿Expo Aventura y Ecoturismo?

Espetado por Sólo Héctor |

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Acompañé al Alets a la Expo Aventura y Ecoturismo que se llevó acabo en el World Trade Center de Mexico Shity. El iba de compras (pues se suponía que iba a haber venta de equipo); yo iba de damo de compañía (y p'a babosear, después de todo, siempre hay minas muy guapas cerca o en el WTC).

El Alets me recogió en Lindavista, donde yo me encontraba medio aturdido después de una de las legendarias clases del Maestro Yoda -perdón, PhD-. Llegamos sin reparos a la colonia Nápoles y el Alets metió su coche al carísimo estacionamiento del WTC. Después de 15 minutos de dar vueltas por tres niveles de estacionamiento encontró un lugar donde estacionar el Aletsmóvil, solo para darnos cuenta que con un minuto más, hubiéramos encontrado muchos lugares disponibles, y más cercanos al elevador.

Tomamos el elevador y, al llegar al lobby de las salas de exposiciones, las puertas se abrieron inundando el pequeño espacio de 4 metros cuadrados de paredes de aluminio con un intenso aroma a Talco. En la sala más cercana se encontraba la expo Tu bebé y tú o algo por el estilo.

Subimos a la primera planta y entramos a la exposición correcta, no la otra, en donde se veía el suelo alfombrado con un color azul sospechosamente blanquezco (por tanto talco esparcido) y madres sumergidas en un frenesí de adquisición, acompañadas por sus maridos en actitud de: pendejos "Si mi vida, lo que tu quieras comprar está bien" y obviamente, cargando al chamaco y media tonelada de bolsas.

Terminó resultando que solo Vertimanía y los distribuidores mexicanos de Buff tenían algo interesante que vender, lo demás eran exposiciones de las diferentes opciones de viaje de aventura que los estados tiene para ofrecer. Pero no todo estaba perdido, los de Vertimanía tenían un interesante 10% de rebaja que ofrecer y yo compré mi primer Buff.

Vertimanía estaba atendido por dos minas de aproximadamente 25 años. Una de ellas se dio cuenta que yo estaba medio distraído y aburrido -pues el Alets había entrado en un frenesí de adquisición parecido al de las mujeres de la planta anterior-, se giró hacia mí y dijo algo como: "Hola Héctor, ¿no quieres anotarte en la lista para la rifa de una lampara?". Creo que no es necesario agregar que entré en shock por un par de segundos1 para después responder: "Claro, me prestas una pluma".

Después del shock inicial que provocó esta mina delgada, de estatura promedio, complexión delgada, cabello negro suelto a lo hombros, color de piel atractivamente moreno claro, facciones afiladas, ojos verdes (que sigo pensando eran verdes por lentes de contacto) y una voz con acento fresón pero agradable se dirigiera a mí por primera vez, me anoté en la mentada lista y seguí esperando al Alets, esta vez curioseando por los diferentes artículos que ofrecía Vertimanía ¿Qué esperaban, qué coqueteara con la mina? Después de todo, mostró cierto interés en mi aburrida persona, ya que si hubiera sido yo, ni caso me hubiera hecho -es más, hasta hubiera huido de mi... pues claro que no, soy demasiado inseguro para hacerlo. Pero mi inseguridad no me detuvo de ponerme a pensar como había sabido mi nombre, esa confrontación no se iba a quedar sin saldar.

Llegué a pensar que la mina en cuestión había oído las conversaciones entre el Alets y yo, pero paralelamente, eso sería asignar una importancia mayor a dos comensales en un restaurante Fast Food. Fue entonces cuando me di cuenta de la obvia verdad cuando volteé a ver a mi compañero de cordada: en el registro nos habían dado gafetes con nuestro nombre impreso en letras claramente visibles...

Mi alma reclamaba venganza: ¿cómo se había atrevido una extraña -atractiva pero extraña- a invadir mi privacidad y llamarme por mi nombre?

Cuando el Alets terminó con su frenesí de alimentación, perdón, de adquisición, la mina se nos acercó para preguntarle si quería anotarse en la mentada lista... fue cuando obtuve mi venganza, si ella había invadido mi privacidad, yo invadí su espacio personal: acerqué mi mano derecha a su vientre, tomé su gafete, lo giré, leí su nombre y le dije: "Gracias Jésica". Cuando levanté la vista alcancé a ver como ella hacia lo mismo, había bajado la mirada defensivamente para ver que era lo que pretendía el individuo de aspecto raro y desalineado en su abdomen. Inmediatamente puso una sonrisa nerviosa y respondió con un "No hay porque Héctor". Si, había tenido mi revancha, pero ella seguía poniendo el dedo la llaga.

Salimos del WTC y nos fuimos a comer a Frankfurt, un pequeño bar ubicado en la Conchi donde sirven salchichas alemanas, col agria y una interesante variedad de cervezas nacionales e importadas. Decidimos tomar un par de London Porter con nuestra comida; ahora comprendo porque goza de tan buena reputación: es increíblemente buena.

Si les interesa conocer Frankfurt (el bar, no la ciudad), se encuentra en Avenida Tamaulipas #136 casi esquina con Campeche, en la Colonia Hipódromo de la delegación Cuauhtemoc (pueden ver su numero de permiso aquí).

1. Para aquellos que no me conocen personalmente o que por un análisis de mis textos no se han dado cuenta, yo soy una persona bastante neurótica, insegura y algo paranoica. El hecho de que una mujer atractiva me dirija la palabra sin algún motivo necesario y obviamente previsible, me saca mucho de onda (me aturde mucho). Y si esta mujer se dirige hacia mí por mi nombre de pila, siendo ella una total y completa desconocida, pues me pone peor.

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1 Rumor(es):

Kosmonaut dijo...

jajajaajaja me hubiera gustado ver tu cara.

Cuando vengas a Barcelona, yo ya no seré una perfecta desconocida, y podré llamarte por tu nombre, ¿verdad? aunque no soy ni de complexión delgada ni de facciones afiladas ni de piel morena ni de ojos verdes.

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