ADVERTENCIA

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Este blog tuvo su nacimiento, desarrollo y muerte. Resucitó por un tiempo, pero lo he vuelto a matar.

Cerré el acceso por un tiempo con la firme intensión de borrarlo, pero la señorita Ángela Pablo dice que una cosa es cerrar una cuenta de twitter, y otra más grave, borrar un blog. Creo que tiene razón, como dice ixcolai: ¿qué estudiarán los antropólogos del futuro? Pues tal vez lean blogs. Así que lo dejo aquí, como muestra de lo alguna vez que fui, pero ya no soy más...

Los rumores dicen que ahora me pueden encontrar por acá:

http://estoyllenodedudas.wordpress.com/


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Dejo la vieja advertencia de este blog, ya que continua siendo válida:

Escribía en español, inglés, francés y mal catalán porque me agradada hacerlo. No soy galo, catalán o anglosajón. Y si crees que soy mexicano sólo porque nací en este país, te reto a que definas tu concepto de nación y por lo tanto de nacionalidad.

Las expresiones aquí mostradas fueron un reflejo de mi estado de ánimo al momento de escribirlas, y si lees profundamente, verás que mi estado de ánimo cambia como menguante es la luna.

Si te sientes ofendido por alguna idea expresada en esta página, recuerda que "duras no son las palabras, frágiles las mentes que las interpretan".

¿Quedó claro? Si no es así, deja un comentario en la entrada del conflicto (junto con tus datos) y me comunicaré contigo a la brevedad.

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sábado, marzo 29, 2008

¿Diccionario?

Espetado por Sólo Héctor |

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Uno de los problemas principales en el proceso de la comunicación radica en el lenguaje que se ocupa para transmitir el mensaje que se desea transmitir. Una de las partes que integran a este gran problema son las diversas interpretaciones de las palabras según cada región (vean el comentario aclaratorio de Naan).

Ese problema no es tan complicado, lo que me preocupan son los regionalismos (como el Chilangus Lexicon o La Palabra de la Semana de Dulce) y las palabras pertenecientes a cada pequeño grupo social (como el ahora internacional Chairo de Plaqueta y sus allegados). Es por eso que he decidido crear un minidiccionario -y una etiqueta- con las pequeñas palabras de uso corriente en mi vocabulario y que casi nadie entiende a menos que hayan convivido conmigo durante algún tiempo.

Advertencia: a partir de este momento se hará uso de lenguaje considerado de tipo soez, el cual es muy poco usual en este blog. Favor de tener en cuenta que el autor de este blog, a pesar de procurar un buen uso del lenguaje escrito, es muy malhablado.


Primera palabra de este pequeño experimento:

Mamadota

Para entender esta palabra, hay que remitirse al chiste que alguna vez me contó el Renato y se volvió una característica de nuestro grupo social:

Erase una vez un pollito que quería desquintarse, así que juntó todos sus domingos hasta que tenía una suma respetable y fue al putero más cercano que tenía.

En la administración de esta honrosa casa de citas, el administrador, que era un gorila adormilado, le dijo al pollito:

-¿Qué quieres aquí pollito?, aquí no vendemos dulces.

El pollito, más caliente que ofendido, respondió rápida y desesperadamente:

-¡Quiero coger, quiero coger, quiero coger! ¡Ya, tengo dinero pero quiero coger!

El gorila salió de su estupor ante la irrisoria petición, así que espetó:

-Jajaja, no mames pollito, ni se te para. ¿Y aparte, cuánto dinero puedes traer, 15 baros?- el gorila tuvo que tragarse sus palabras cuando el pollito le mostró 5mil pesos que había guardado a lo largo de unas semanas y a continuación replicó -Bueno, está bien. En vista de que traes dinero y al cliente lo que pida, veré si hay algún ave disponible...

Pasando sus gordos dedos por el catálogo de chicas disponibles revisó: la grulla está con el elefante, la gallina con el oso hormiguero, el guajolote con la chiva, etc. Así que al terminar de revisar dijo:

-No pollito, no queda ningún ave...

El gorila no terminaba de articular su oración, cuando el pollito ya daba vueltas desesperadamente por la recepción diciendo:

-Pues lo que esté disponible, ¡pero ya!, quiero coger, quiero coger, quiero coger.

-Ok, ok, ok pollito, pero ya cálmate, no quiero que me vayas a espantar a los otros clientes- argüía el administrador mientras buscaba quien estaba disponible: ¿el chimpance?, no, no creo que al pollito le gusten esas ondas, está muy chavito, hum... pues solo está la víbora, pero no se vaya a comer al pinche pollito y venga su mamá a hacérmela de pedo.

-Solo queda la víbora pollito, pero...

-No importa, la víbora está bien, ¡Siiii, voy a cogerme a la víbora!

El gorila, ahora un poco molesto al ver como el pollito lo interrumpía nuevamente, se levantó de su silla y lo dirigió a una habitación vacía.

-Espera aquí pollito, en un momento llega tu chica- le dijo el gorila.

El gorila, con andar acompasado, fue donde la víbora y parsimoniosamente le dijo -tienes un cliente en el cuatro, trátalo bien, es su primera vez-, acto seguido se alejó por el pasillo hasta dar vuelta por el corredor, ahí tomaría las escaleras que conducían hacia su odiada recepción.

La víbora, que no había comido en días, comenzaba a sentir un hambre endemoniada, mientras serpenteaba al cuarto número 4 (que por cierto, siempre asignan a los novatos puesto que está más cerca de la salida trasera; todos los novatos no quieren ser vistos en un putero, ni de dudosa ni de buena calidad: ¿qué irá a decir la gente?; todavía no saben que lo que pasa en un putero, ¡en un putero se queda!), pensaba en su hambre y en su última comida.

Al llegar al cuarto 4, abrió la puerta y el pollito gritó -orale, está regrandota... no hay pedo, me la chingo, grandotas aunque me peguen-.

La víbora no estaba de humor para soportar a semejante puberto, pero negocios son negocios. Mientras se preparaban para cumplir el objetivo del pollito (no se como, así que no me pregunten), la víbora vio al pollito y pensó:

-Se ve rebueno el pollito ¿y si me lo como?, no pobrecito pollito, está en la flor de la vida, todavía tiene mucho que ver y que vivir... chale, pero ya tengo un chingo de hambre, p'os me lo voy a tragar, ¿qué chingaos?- acto seguido engulle al pollito de un solo bocado, ni tuvo que desprender las quijadas la pinche víbora gandalla.

Algunos minutos más tarde, la víbora comenzó a tener cargos de consciencia -pobre pollito, tan chiquito, su primera vez y todavía voy a cobrar el trabajito-. Tardó más en pensar sus argumentos que en lo que lo estaba vomitando. Cuando el pollito logró quitarse la saliva de encima y tomar un trago de aire gritó:


¡Ooooooooooooorale! ¡Que Mamadota!


¿Entendieron?

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3 Rumor(es):

Anónimo dijo...

Jajajajajajaja, que mamadota

Anónimo dijo...

Jijiji, muy bueno !

ge zeta dijo...

muy bueno, ya estuve husmenado un poco por acá me suscribo, ahi cuanod tengas tiempo pasa a mi blog:

http://moneda-al-aire.blogspot.com/

ton dico est bizarre!

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