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En otro extraño episodio de mi vida, ayer por la noche una señora me abordó a la salida de mi escuela, era ya de noche y me dirigía hacia el metro. Su aspecto reflejaba un bajo nivel económico, suéter gris tejido bastante sucio, un mandil de pequeños cuadros blancos y cafés y un vestido cuyo color no puedo recordar; le faltaban varios dientes frontales y traía jalando un "carrito del mandado".
Se aproximó hacía mi y pregunto con voz normal, pero bastante formal:
En primera, que alguien me hable en la calle es muy raro -ni me preguntan la hora-; en segunda, que alguien te aborde en esta ciudad es causa de pánico -y más en la noche-. Así que cuando logré salir de mi momentánea sorpresa, solo logré espetar: "no, para nada" y seguí mi camino. Ella dijo algo como "ah, es que yo pensé..." y yo sin detenerme solo traté de demostrar un poco de interés pasajero mientras repetía: "no, para nada".
Ahora que lo reflexiono, fui bastante pedante con la señora en cuestión, pero según mis excompañeros de la carrera es algo que se me da muy bien. Pero si vas caminando y lees en el muro de una escuela que la última palabra del nombre es Eléctrica, ¿qué te hace pensar?
Cambiando de tema: ya vi Ashes and Snow. Logré convencer a Jo para que me acompañara -de hecho, no opuso gran resistencia- e hiciera fila conmigo por dos horas -cuando nos formamos, la fila daba una vuelta al zócalo de la Cd de Mx, cuando salimos daba casi dos-.
Veredicto:
Pero por favor, no sean como el grueso de los asistentes, que recorren los pasillos poniendo atención a cada fotografía por 5 segundos. Una exposición es para tomarse el tiempo de admirar los pequeños detalles de las obras... esos que no puedes admirar en una foto por Internet; sino pregúntenle a mi prima cuanto me tardé viendo el retrato de la de Alba -como la llamaba el mismísimo Goya en sus cartas- y buscando el letrero en el piso de Solo Goya.
Como dato curioso debo agregar que a Cayetana, actual duquesa de Alba, Picasso quizo retratarla para hacer una nueva clase de Maja desnuda.
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En otro extraño episodio de mi vida, ayer por la noche una señora me abordó a la salida de mi escuela, era ya de noche y me dirigía hacia el metro. Su aspecto reflejaba un bajo nivel económico, suéter gris tejido bastante sucio, un mandil de pequeños cuadros blancos y cafés y un vestido cuyo color no puedo recordar; le faltaban varios dientes frontales y traía jalando un "carrito del mandado".
Se aproximó hacía mi y pregunto con voz normal, pero bastante formal:
- Disculpe joven, ¿en esta escuela es donde enseñan a componer televisiones?
En primera, que alguien me hable en la calle es muy raro -ni me preguntan la hora-; en segunda, que alguien te aborde en esta ciudad es causa de pánico -y más en la noche-. Así que cuando logré salir de mi momentánea sorpresa, solo logré espetar: "no, para nada" y seguí mi camino. Ella dijo algo como "ah, es que yo pensé..." y yo sin detenerme solo traté de demostrar un poco de interés pasajero mientras repetía: "no, para nada".
Ahora que lo reflexiono, fui bastante pedante con la señora en cuestión, pero según mis excompañeros de la carrera es algo que se me da muy bien. Pero si vas caminando y lees en el muro de una escuela que la última palabra del nombre es Eléctrica, ¿qué te hace pensar?
Cambiando de tema: ya vi Ashes and Snow. Logré convencer a Jo para que me acompañara -de hecho, no opuso gran resistencia- e hiciera fila conmigo por dos horas -cuando nos formamos, la fila daba una vuelta al zócalo de la Cd de Mx, cuando salimos daba casi dos-.
Veredicto:
- Le dan tanta promoción que ya casi ninguna fotografía es desconocida.
- La mayoría de las fotografías parecen extremadamente rebuscadas -prefiero la fotografía mas espontánea-.
- El agua que forma una barrera entre el espectador y las fotografías, por el estancamiento: está sucia y enlamada -espero que la vayan cambiando, porque sino, va a apestar todo el lugar-.
- Dicen las malas lenguas que en N.Y. cobraron $20 USD por admisión -si hubieran cobrado eso en México, me hubiera sentido defraudado-, afortunadamente el ingreso es gratuito.
- Al fin de cuentas, la experiencia vale la pena y alguna de las fotografías capturará tu atención de forma especial.
- Si tienen dos horas libres de espera, más otra hora adentro del lugar, es una exposición indispensable a visitar en estos días.
Pero por favor, no sean como el grueso de los asistentes, que recorren los pasillos poniendo atención a cada fotografía por 5 segundos. Una exposición es para tomarse el tiempo de admirar los pequeños detalles de las obras... esos que no puedes admirar en una foto por Internet; sino pregúntenle a mi prima cuanto me tardé viendo el retrato de la de Alba -como la llamaba el mismísimo Goya en sus cartas- y buscando el letrero en el piso de Solo Goya.
Como dato curioso debo agregar que a Cayetana, actual duquesa de Alba, Picasso quizo retratarla para hacer una nueva clase de Maja desnuda.
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