Hein?

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Éste es un post a la estupidez de los hombres (no como raza sino como género o sexo), ténganlo en cuenta antes de hacer algún comentario y también recuerden que soy hombre (por lo tanto estúpido).

Hace ya algunos años me cambié de carrera y en mi nueva escuela conocí a una interesante mujer llamada Gabriela (o Gaby para amigos y enemigos, como suele suceder). Ésta mujer resultaba interesante a la vista, no era muy bella, pero es de esas mujeres que te hacen voltear a verlas por alguna extraña razón. Tal vez su andar cadencioso, un buen cuerpo o modales femeninos (algo no muy usual en mi escuela, aun en las mujeres) eran la respuesta, cada uno por separado o la combinación.

Como era de esperarse, toda la jauría de mi escuela se lanzó hacía ella. Era gracioso como los rechazaba, pero no los rechazaba. Incluso, yo era uno de ellos (y ella lo sabe).

Con el pasar del tiempo la conocí mejor de lo que uno puede conocer por el exterior de cada persona, de alguna manera me gané su confianza, me compartió sus penas y alegrías, y ahora es alguien a quien puedo llamar mi amiga.

Mi compañero Pavel y yo nos dimos cuenta del particular fenómeno que se solía dar entorno a ella y lo llamamos "El Gabrielazo".

Descripción: cuando quería algo lo obtenía. Así de simple.

Puedo decirles que gracias a ella pasé una materia de la carrera sin el menor esfuerzo, conseguíamos copias fotostáticas gratis y lográbamos evitar tediosos trámites burocráticos. Se los pondré de una forma más clara: gracias a ella lográbamos pasar la calle, cuando la regla en general es que si ves a dos estudiantes de ingeniería, uno con cara de ñoño y otro casi reflejo de un hippie egocentrista, les hechas el coche encima o aceleras mas para impedirles el paso. Con Gabriela todo era diferente.

Como nota final agregaré aquella cita memorable de los MIIN (Los Hombres de Negro 2): ¡Humanos, son tan patéticos que enloquecen con un par de mamas.!

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