ADVERTENCIA

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Este blog tuvo su nacimiento, desarrollo y muerte. Resucitó por un tiempo, pero lo he vuelto a matar.

Cerré el acceso por un tiempo con la firme intensión de borrarlo, pero la señorita Ángela Pablo dice que una cosa es cerrar una cuenta de twitter, y otra más grave, borrar un blog. Creo que tiene razón, como dice ixcolai: ¿qué estudiarán los antropólogos del futuro? Pues tal vez lean blogs. Así que lo dejo aquí, como muestra de lo alguna vez que fui, pero ya no soy más...

Los rumores dicen que ahora me pueden encontrar por acá:

http://estoyllenodedudas.wordpress.com/


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Dejo la vieja advertencia de este blog, ya que continua siendo válida:

Escribía en español, inglés, francés y mal catalán porque me agradada hacerlo. No soy galo, catalán o anglosajón. Y si crees que soy mexicano sólo porque nací en este país, te reto a que definas tu concepto de nación y por lo tanto de nacionalidad.

Las expresiones aquí mostradas fueron un reflejo de mi estado de ánimo al momento de escribirlas, y si lees profundamente, verás que mi estado de ánimo cambia como menguante es la luna.

Si te sientes ofendido por alguna idea expresada en esta página, recuerda que "duras no son las palabras, frágiles las mentes que las interpretan".

¿Quedó claro? Si no es así, deja un comentario en la entrada del conflicto (junto con tus datos) y me comunicaré contigo a la brevedad.

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miércoles, junio 11, 2008

¡Llueve!

Espetado por Sólo Héctor |

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I'm singing in the rain, just singing in the rain
What a glorious feelin', I'm happy again
I'm laughing at clouds, so dark up above
The sun's in my heart, and I'm ready for love

Let the stormy clouds chase everyone from the place
Come on with the rain I've a smile on my face
I walk down the lane with a happy refrain
Just singin', singin' in the rain

Sin lugar a dudas: me gusta la lluvia.

Creo que es de las únicas cosas de esta temporada que me gusta... la otra es ir al sur a veranear a la VeraCruz.

Pero regresando al tema -según mis padres-, siempre me gustó caminar en la lluvia... cuando era niño corría por las calles mojadas y brincaba en los charcos. Mis padres -como buenos padres que son-, en lugar de prohibirme hacerlo, me compraron el equipo necesario para practicar este gusto infantil con la debida protección: botas de hule e impermeable amarillo.

Ahora, varios años después, como adulto responsable sigo caminando por la lluvia, riéndome de los frágiles mortales que se resguardan del agua que cae de arriba para abajo (porque si fuera de abajo para arriba, me cae que yo también me refugiaba), y cantando Singin' in the rain: si, es muy trillado, pero créanme, extremadamente divertido.

El panorama no es muy distinto: yo con algunos centímetros de más y una chamarra de piel...

Tengo una cazadora guinda de piel: es vieja, corriente y fea. ¿Qué tan vieja? Tiene por lo menos mi edad -pertenecía a mi padre antes de caer en mis manos-. ¿Qué tan corriente? La piel es dura... tan dura, que truena cada vez que muevo un brazo (y a veces, hasta cuando respiro). ¿Qué tan fea? Pues por lo mismo que es vieja y corriente, en muchas partes ya faltan pedazos pequeños de piel (como en el área del cuello) y el forro de la chaqueta está roto en varias partes, pero me da flojera enmendarlo de alguna forma, ya que en cualquier momento se me muere mi chamarra...

También tengo una chamarra de piel negra: esta no es tan vieja, ni corriente, ni fea... pero como todo lo que pasa por mis manos, termina de la fregada.

Mis queridas chamarras de piel son un elemento indispensable y del cual no me separo en esta temporada de lluvias -aunque no sean azules-...

Estoy tan acostumbrado a caminar en la lluvia, que ya hasta preparado estoy para las inclemencias en mis apuntes escolares: siempre llevo una bolsa de un tamaño adecuado para resguardar mis libros, carpeta, calculadora y memoria USB/Flash.

Recuerdo que antes de aplicar el paso anterior, mis pobres libros de francés quedaron todos arrugados, puesto que crucé los anteriores campos de fútbol de Zacatenco -donde ahora está el nuevo campus de la ENCB- bajo una fuerte lluvia, después de ir a dejar a -una exnovia1- a la estación del metro. Gajes del oficio.

Ayer tuve mi primera caminata bajo la lluvia del año; fue un tramo corto, pero la sensación del frío en mi cara y mis manos mojadas, hicieron que me diera cuenta de la obvia verdad: la temporada de lluvias acaba de empezar.

Hoy fui al cine -que película vi será el tema del siguiente post-, y al salir del centro comercial caía una lluvia de mediana intensidad. Recorrí las calles hacia mi hogar con Gene Kelly en mi mente y la música en mis labios... Jo2 tiene razón, soy feliz. :)



1. Si, aunque no lo crean, existen mujeres que en algún momento de su historia estuvieron dispuestas a relacionarse conmigo en un noviazgo.

2. Me pregunto si mi querida Jo comprenderá mi gusto por caminar bajo la lluvia.

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