ADVERTENCIA

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Este blog tuvo su nacimiento, desarrollo y muerte. Resucitó por un tiempo, pero lo he vuelto a matar.

Cerré el acceso por un tiempo con la firme intensión de borrarlo, pero la señorita Ángela Pablo dice que una cosa es cerrar una cuenta de twitter, y otra más grave, borrar un blog. Creo que tiene razón, como dice ixcolai: ¿qué estudiarán los antropólogos del futuro? Pues tal vez lean blogs. Así que lo dejo aquí, como muestra de lo alguna vez que fui, pero ya no soy más...

Los rumores dicen que ahora me pueden encontrar por acá:

http://estoyllenodedudas.wordpress.com/


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Dejo la vieja advertencia de este blog, ya que continua siendo válida:

Escribía en español, inglés, francés y mal catalán porque me agradada hacerlo. No soy galo, catalán o anglosajón. Y si crees que soy mexicano sólo porque nací en este país, te reto a que definas tu concepto de nación y por lo tanto de nacionalidad.

Las expresiones aquí mostradas fueron un reflejo de mi estado de ánimo al momento de escribirlas, y si lees profundamente, verás que mi estado de ánimo cambia como menguante es la luna.

Si te sientes ofendido por alguna idea expresada en esta página, recuerda que "duras no son las palabras, frágiles las mentes que las interpretan".

¿Quedó claro? Si no es así, deja un comentario en la entrada del conflicto (junto con tus datos) y me comunicaré contigo a la brevedad.

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viernes, marzo 07, 2008

¿Y tu, cómo acomodas tus libros?

Espetado por Sólo Héctor |

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A Dulce
Con la que me guste o no, comparto algunos traumas -aunque no los mismos enfoques-...

Este post es la continuación de una conversación que Dulce y yo hemos dejado en algunos blogs... como siempre, hay terceros implicados que ni la deben, ni la temen. XD

Todo comenzó en el blog de Falazexy, después en el propio blog de Dulce, donde Magentuosa y Daniel terminaron embarrados también... ahora es mi turno de hablar sobre el tema -y de paso, embarrar a alguien más-.

Prejuiciosos somos todos, en menor o mayor medida, nos guste o no. Lo que marca la diferencia es como enfrentas tus prejuicios... por mi parte -tal vez por el psicólogo frustrado que habita dentro de mi-, tiendo a tratar de entender porque la gente reacciona de la forma en la que lo hace... sino leen porque no les gusta hacerlo, ¿podemos culparlos por ello?

En el -chaquetero- país, donde este blog se escribe -México-, un buen libro puede llegar a costar el equivalente a varios salarios mínimos y Tele/eriza está al alcance de cualquier apagador de televisión... el promedio de escolaridad de la población de 15 y más años es de 8.1 años de estudio (dato de la INEGI): ¿Cómo pretender que el gusto a la lectura se difunda si en primera, la mayor parte de la población deja la escuela cuando apenas se les van a dar las armas para comprender la lectura, en segunda, a la mayoría de los profesores no les gusta leer -ni a los de literatura- y en tercera, en la mayoría de los hogares, los padres tienen un bajo nivel educativo y el mismo vicio de no leer? Es un maldito circulo vicioso... No todos tienen la suerte de Germán Dehesa -quien alguna vez relató como se hizo aficionado a enseñar literatura: su padre le compraba todos los libros que quería, pero tenía que explicárselos al terminar su lectura-.

En algo que si concuerdo con Dulce es que en casa tenemos "demasiados libros en todas las habitaciones, incluso en la cocina". Creo que los únicos lugares donde no hay libros es en el baño de la planta alta, en el comedor y en el gimnasio... jajaja, si como no, solo porque tenemos unas cuantos aparatos para hacer ejercicio, ya es un gimnasio.

Pero mi querida Dulce: ¿qué es un libro de texto? Según el DRAE es:

El que sirve en las aulas para que estudien por él los escolares.

Ahora habría que definir que es un escolar... mi maestro de filosofía me inició en el arte del uso de un libro... nos obligaba a subrayar y a hacer anotaciones, de hecho nos dejaba leer capítulos de algún libro y nos revisaba que por lo menos, aparentara que lo habíamos usado...

La mayoría de mis libros están marcados de alguna forma u otra y por si fuera poco, yo he sido escolar de varias formas también... cuando estudiaba francés, para mí Le petit prince y Du côté de chez Swann fueron libros de texto... cuando estudiaba filosofía, El arte de amar de Fromm también lo fue... cuando estudiaba piano, El pianista virtuoso de Hannon y algún libro de teoría musical del cual se me escapa el nombre en este momento tomaron su debido lugar... más tarde, en la carrera, los libros técnicos (como el Beer, el Timoshenko, etc.) y El hombre en busca de sentido de Victor Frankl fueron y algunos de ellos aun lo son, libros de texto... como una analogía déjame plantearte a un estudiante de literatura: ¿cuál es un libro de texto para él?

En lo que si concuerdo es en el hecho de doblar las páginas a modo de separador... como diría Sean Connery en un diálogo de Finding Forrester:

Christ, you've dog-eared one of them.
Show a little respect for the author.

Si tu citas a
Magentuosa diciendo que no existe algo como "demasiados libros", por mi parte diré que concuerdo con ella en el hecho de que:

Me encantan los libros. No sólo leerlos: el objeto en sí es… peculiar, hermoso.

Ahora yo debo agregar mi manía, me encantan los libros viejos... siento que le estoy dando nueva vida a algo que fue despreciado por otros... el aroma de un libro antiguo es algo que disfruto mucho... me agrada pensar que a medida que sigo comprando libros, mi cuarto algún día llegara a oler así: como una biblioteca.

Lamentablemente, mi forma de acomodar los libros es más parecida a la de Carlos Luna, que a algo que pueda ser reconocido como un orden de cualquier forma... :P

Si desean saber más:

  • La plaza del Ángel. Sitio oficial de Radio Muegano, Germán Dehesa y sus colaboradores.
  • INEGI. Estadísticas del nivel educativo en México.

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3 Rumor(es):

Anónimo dijo...

Bueno. Vamos por partes. Aunque es verdad que el libro llega a ser caro, no por ello quiere decir que nadie tenga qué leer.

En el país hay una cantidad N de programas de lectura que se ofrecen gratuitamente (bibliotecas, museos, etc)Vamos, si hasta el metro te presta los libros.

Lo que pasa es que hay que salir a buscar la cultura, pero al mexicano promedio no le gusta hacer el esfuerzo (¿cómo, si como bien dijiste, Teloenvicia tiene 24 horas de programación ininterrumpida y sin moverte de donde estás?)

Este fin de semana fui al centro histérico y la oferta de eventos culturales (gratuitos) es tremenda; así que tampoco hay pretexto. Claro, el tener recursos ayuda (y ayuda mucho), pero ojo, NO es determinante.Excluyente, no determinante.

Vamos a la parte de los libros, de texto o no. Hay quien los raya, y quien no.

Si ponerles notitas y acotaciones te funciona, ok.
No hay problema, de verdad, pero ¿Alguna vez has solicitado algún volumen en la biblioteca, y cuando llegaste a la pagina de tu interés, estaba en mal estado,? ¿arrancada, incluso?

Lo que EN REALIDAD me molesta es que se pierda ese respeto al libro, mutilàndolo.

Para mí, el proceso del libro (no sólo el escribirlo,sino el encuadernado,el empastado, etc.) sobre todo del libro antiguo, es ... cuasi artesanal, es bello, y por ese simple hecho, es un objeto devocional.

No para tenerlo en repisas,valga, y adorarlo, no, vamos, sino para leerlo y consultarlo cuantas veces necesitemos recurrir a èl.

Afectuosa, Dul.

p.s. No hay tos, si quieres organizamos el rave en mi depa (¿no importa que sea chiquitito tamaño huevito?)

Milo dijo...

Wow, no sabía que la discusión sobre el acomodo de los libros tenía ya este tamaño.

Yo coincido con la visión del libro-objeto. No hay nada más sabroso que su peso, su textura, su edición, su portada, su olor. Por más que el libro digital pueda tener el mismo contenido, para mí sigue gobernando el físico. No para santificarlo, como dicen, pero sí para amigarse con su materialidad.

Saludos

Anónimo dijo...

No mucho por agregar: hagan de cuenta que hice "copy-paste" en los dos comentarios anteriores, jaja. Saludos!

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