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Ayer me sentí como en uno de esos comerciales de la Cruz Roja Mexicana, ¿saben cuales?, los que tienen por eslogan:
- "Y a la cruz roja, ¿quién la ayuda?".
Esos en los que se ve una ambulancia volteada y un montón de gente morbosa, viendo a los heridos, pero nadie ayuda.
A mi no me tocó ver una escena tan deprimente, pero igualmente desesperanzadora: vi a dos paramédicos empujar su ambulancia hacia atras, porque la reversa no le funcionaba. Aparentemente, se habían estacionado en una tienda y un camión, de los encargados de abastecer refrescos, se había estacionado muy cerca de la ambulancia.
Los paramédicos, al ver la situación, no les quedó de otra que abrir la ambulancia, quitar el freno de mano y empujarla hacia atrás, con las debidas instrucciones del paramédico copiloto:
- "Ahí ya sales wey".
Después del atinado comentario del compañero copiloto, procedieron a subirse a la unida y retirarse de la escena del delito.
Por eso, en la próxima campaña de recolección de la cruz roja, recuerdenme dar por lo menos un peso cada vez que vea a alguien con un botesito de recolección y cuando conduzca, moverme hacia un lado para permitirles el paso.
Como dato cultural, debo agregar (para aquellos que no lo sepan), que el Comité Internacional de la Cruz Roja recibió el Premio Nobel de la Paz por última vez en 1963, ya que lo había recibido en dos ocasiones anteriores: 1944 y 1917.
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Ayer me sentí como en uno de esos comerciales de la Cruz Roja Mexicana, ¿saben cuales?, los que tienen por eslogan:
- "Y a la cruz roja, ¿quién la ayuda?".
Esos en los que se ve una ambulancia volteada y un montón de gente morbosa, viendo a los heridos, pero nadie ayuda.
A mi no me tocó ver una escena tan deprimente, pero igualmente desesperanzadora: vi a dos paramédicos empujar su ambulancia hacia atras, porque la reversa no le funcionaba. Aparentemente, se habían estacionado en una tienda y un camión, de los encargados de abastecer refrescos, se había estacionado muy cerca de la ambulancia.
Los paramédicos, al ver la situación, no les quedó de otra que abrir la ambulancia, quitar el freno de mano y empujarla hacia atrás, con las debidas instrucciones del paramédico copiloto:
- "Ahí ya sales wey".
Después del atinado comentario del compañero copiloto, procedieron a subirse a la unida y retirarse de la escena del delito.
Por eso, en la próxima campaña de recolección de la cruz roja, recuerdenme dar por lo menos un peso cada vez que vea a alguien con un botesito de recolección y cuando conduzca, moverme hacia un lado para permitirles el paso.
Como dato cultural, debo agregar (para aquellos que no lo sepan), que el Comité Internacional de la Cruz Roja recibió el Premio Nobel de la Paz por última vez en 1963, ya que lo había recibido en dos ocasiones anteriores: 1944 y 1917.
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